Hace mucho que quedaron atrás, excepto como antigüedad, aquellos relojes de pared que marcaban lúgubres el paso de las horas. O los cucos que llegaban de algún viaje de tierras lejanas y casi siempre desentonaban. Tampoco es necesario tener relojes en la cocina, pues casi todos los grandes electrodomésticos actuales tienen relojes, temporizadores y hasta cronómetros y alarmas.
A pesar de todo ello, los relojes ocupan hoy un espacio preferente, no como informadores, sino como accesorio de estilo decorativo.
Grandes, pequeños, medianos, de vanguardia, clásicos, originales, hechos a mano o reciclados. Para todos los relojes hay espacio en los hogares modernos y no hay marca que se precie que no añada uno, o más de uno, en sus catálogos.
Los relojes en decoración, se adueñan no solo del tiempo, su reinado habitual, sino también del espacio para dotar a nuestro hogar de esos detalles que lo hacen único y les imprime un encanto especial.
Cualquier hogar moderno y elegante presume de sus relojes y los deja a la vista. No hay absolutamente ningún estilo decorativo que no pueda encontrar un reloj a su medida.
Y si no lo hay, siempre podemos jugar con nuestra creatividad y hacer nosotros un reloj único dejándonos arrastrar por el tiempo hasta descubrir sus secretos.
Fuentes: Decorole, Look4deco, Interiorismos