El estilo Kitsch es un estilo decorativo que surgió de la necesidad de una clase media de expresar su forma de vida, la cual no poseía intereses intelectuales, simplemente disfrutaba con la ostentación y el derroche de las formas y colores.
El movimiento en sí surgió del consumismo. Eso sí, un consumismo sin ningún tipo de funcionalidad en sus elementos, ya que estaba totalmente alejado de los intereses intelectuales. Este movimiento disfruta del color en estado puro. El rosa chicle, rojo y azul o el verde más intenso y chillón mezclado con numerosos materiales tales como el plástico o el cristal. Generalmente estos materiales intentan imitar otros de mayor calidad, y es que como hemos dicho lo importante en el Kitsch es ostentar ante todo.
Otro punto importante para entender este estilo es el empleo de figuras y elementos que no guarden ninguna relación entre sí. Una mezcla constante de colores y formas que crean un contraste visual bastante importante.
Podemos encontrar mesas, generalmente bajas, llenas de figuras sin relación alguna; recuerdos de eventos familiares como comuniones y bautizos; adornos de cristal mezclados con flores de forja; estampitas de santos o estampados llamativos en sofás y cortinas.
Aunque muchos diseñadores consideran este estilo una alabanza al mal gusto, lo cierto es que a día de hoy está tomando mucha fama. Numerosas personalidades famosas, generalmente con una tendencia a la extravagancia, han decidido decorar sus hogares basándose en este estilo.
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