Utilizar los girasoles en la decoración
Una de las flores que más desapercibida pasa son los girasoles. En lugares de campo y montaña se utilizan mucho más que en la ciudad y la decoración tiene un hueco muy especial para que introduzcamos la flor amarilla. Puede que sea por su color, su tamaño o la idea que representa de puestas de sol, naturaleza y verano, no lo sabemos, pero los girasoles son flores que, con sólo una, ya destacan entre todas.
Comprar un ramo de girasoles y colocarlo en el lugar de la casa en el que más estemos hará que podamos contemplarlas todo el día. La cocina es uno de los lugares más recomendados, por el color verde de su tallo y sus hojas.
Los cuadros de girasoles también son una forma de introducir estas flores. Poner algunos cuadros pequeños por la casa o en una habitación añadirá ese toque de luz que necesitamos. O, si lo preferimos, podemos colocar un gran cuadro con un paisaje formado por girasoles en nuestro salón, eso sí, lo recomendable es que se haga en una habitación en la que la decoración no sea demasiado llamativa o se sobrecargará.
Los girasoles, son unas flores preciosas, pero si nos pasamos pueden llegar a colapsar la decoración y hacerla demasiado recargada. En este caso, el dicho de «menos es más» se confirma. Adquirir prendas como trapos de cocina, toallas de baño o alguna tela que tenga girasoles es algo bastante fácil en cualquier lugar, y nos ahorraremos el verlas secarse.
Cojines con estampados de girasoles combinarán perfectos, sobre todo en primavera y verano, con telas lisas en nuestros sofás. Además, podemos combinarlos con otros estampados florales, ya que son épocas en las que este tipo de decoración es más normal.
Cuando entremos en casa, ver un jarrón corto con varias flores (sólo flores, sin tallo) de girasoles secas nos hará entrar en casa con positividad, y más aún si nos gusta esta flor. Mezclarlas con algunas hojas con aromas en el mismo jarrón aumentará la percepción de nuestros sentidos.
